La depresión se define como: “Trastorno afectivo que se manifiesta por un estado de ánimo disfórico o pérdida de interés o placer en las actividades habituales. La alteración del estado de ánimo es prominente y relativamente persistente”
Y su gravedad se suele clasificar con el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, cuarta edición (DSM ‐ IV) como leve (cinco o más síntomas con deterioro funcional menor), moderada (los síntomas o el deterioro funcional se encuentran entre ‘leves’ y ‘graves ‘) y graves (la mayoría de los síntomas se presentan e interfieren con el funcionamiento, con o sin síntomas psicóticos).
Hablamos de un trastorno el cual lo sufre un 17% de la población mundial alguna vez en su vida
Hablamos de un trastorno el cual lo sufre un 17% de la población mundial alguna vez en su vida y que la OMS cataloga como el segundo mayor problema de salud a nivel mundial en términos de años vividos con discapacidad. Estos datos habría que revisarlos después del paso de la pandemia ya que probablemente hayan aumentado.
CAUSAS DE LA DEPRESIÓN
En cuanto a las causas, podríamos hablar de un problema multifactorial, en donde intervienen aspectos personales (tipo de vida, relaciones, trabajo…) y factores internos, los cuales están por investigarse aún, pero donde parece que tiene una gran relevancia el desequilibrio de una hormona llamada cortisol, dicha hormona es uno de los biomarcadores más estudiados ya que sus niveles se relacionan con el nivel de estrés tanto agudo como crónico que sufre el individuo.
Independientemente de que se relacione con la depresión, no hay que demonizar a esta hormona, ya que como todas cumple una función dentro de nuestro organismo y es que nos prepara para afrontar las situaciones de estrés (combatir, correr, salir pitando porque no llegamos al trabajo…) el problema viene cuando dichos estresores se mantienen en el tiempo y con ellos esta hormona.
Los dos principales tratamientos de la ansiedad son el farmacológico y el psicológico.
Dentro de los problemas que tienen ambos, nos encontramos con un sobreuso de antidepresivos con el consiguiente problema de sus efectos secundarios como la adicción que provocan.
En cuanto al tratamiento psicológico se ha mostrado como un buen tratamiento a largo plazo, sin embargo, existe la posibilidad de que algunas personas tengan estigmatizada la visita a estos profesionales o que simplemente no sepan que tengan ansiedad y que se puede tratar con esta disciplina.
EJERCICIO Y DEPRESIÓN
En los últimos años se han llevado a cabo muchos estudios sobre el efecto ejercicio físico mantenido y la depresión, con buenos resultados ya que a grandes rasgos actúa sobre la mayoría de factores internos y externos que pueden causar el trastorno, podríamos destacar:
- Tiene un gran efecto preventivo, algunos estudios indican que andar una media de 150 minutos semanales reduce el riesgo de depresión mental.
- Autores indican. Que personas genéticamente predispuestas a sufrir depresión al realizar 4 horas adicionales de ejercicio físico a la semana, se reduce en un 17% el riesgo de sufrir otro episodio depresivo
En conclusión, recomendamos la realización de ejercicio tanto para paliar el trastorno como para prevenirlo ya que nos permite socializar, olvidarnos de nuestros problemas y mejorar nuestra salud en general