Mucha gente que no había hecho ejercicio nunca se ha vuelto loca poniéndose tutoriales estos días, pero, si probablemente, tú no eres uno de ellos te recomiendo que sigas leyendo…
Obviamente, al estar en un periodo de aislamiento, la actividad física se ve enormemente disminuida, la mayoría se pasa el día sentado teletrabajando, sumado a la falta de ocio exterior y a que no hay actividades sociales, por lo que es probable que nuestra rutina sea más sedentaria de lo que era anteriormente al estado de alarma, con lo cual, nuestra alimentación tiene que variar, no puede ser la misma, pues el gasto calórico, (y hablo en términos generales sin tener en cuenta la variabilidad individual), es menor. Tenemos que comer menos, pero cantidad no es sinónimo de calidad, por lo que es importante que evitemos alimentos que no nos van a aportar beneficios.
- El alcohol. No sólo por sus calorías vacías, que engordan y no aportan nutrientes, si no porque impacta negativamente en nuestro sistema inmune.
- Procesados no saludables. ¡No caigas en la tentación de incluirlos en la cesta de la compra! Son proinflamatorios e inmunodepresivos. Es muy importante que nuestro sistema inmunitario funcione de manera óptima por si el coronavirus llama a nuestra puerta. Además, precocinados como croquetas, pizzas, lasañas o comida rápida como hamburguesas y pizzas tienen un alto contenido en grasas y azúcares pudiendo aumentar el riesgo de sobrepeso, obesidad y sus patologías asociadas.
- Refrescos azucarados. Tienen una densidad energética muy elevada pero no nos aportan nutrientes que nos beneficien.
- Zumos de frutas industriales o naturales. Al exprimir la fruta no sólo perdemos la maravillosa fibra que contiene, si no que sus azúcares se transforman en azúcares de absorción rápida. Si hemos de tomar fruta, que sea la pieza entera. Estos días mejor fruta de postre que cualquier postre lácteo tipo natillas, flanes etc.
- Reducir alimentos altos en hidratos de carbono como la pasta refinada, el arroz, los cereales azucarados, nos van a aportar una energía que no estamos quemando.