¿Cómo comer bien durante la cuarentena?

¿Cómo comer bien durante la cuarentena?

Ha llegado la Semana Santa, y con ello las torrija. Pero, este año, es extraordinariamente diferente a los anteriores, porque no saldremos de casa. Es una orden sí, pero es mejor pensar que es una elección, porque hemos decidido hacerlo así, para cuidarnos y proteger al resto.

Una alimentación saludable es un pilar básico para intentar contribuir en la medida en que podamos a tener una buena salud. Y, durante estos días de cuarentena, debemos intentar mantenerla más que nunca. ¿Y cómo podemos hacerlo?

  • No teniendo a mano alimentos “menos sanos”. No me gusta hablar de alimentos buenos o malos, sino de alimentación equilibrada en su conjunto. Pero, sin duda, la mejor forma de no comer alimentos menos sanos, es no comprarlos. Vamos a pasar mucho tiempo en casa y es probable que la tentación de atracar la nevera o la despensa se nos pase en algún momento por la cabeza. Además, hoy en día sabemos, que en situaciones de estrés como la que estamos viviendo ahora mismo, se libera cortisol, una hormona que puede hacer que tengamos más ansiedad por la comida, con lo cual, si no tenemos alimentos superfluos a la vista no nos los podremos comer. No compres bollería industrial, helados, precocinados…pues si los tienes, en momentos de tristeza, soledad, aburrimiento o ansiedad acabarás comiéndotelos. Y, no valen patatas fritas o snacks para las visitas…recuerda, ¡estos días no las vas a tener!
  • Planificando más que nunca el menú y la compra. Si voy al supermercado con una lista de la compra cerrada es mucho más probable que me ciña a lo que necesito y no eche al carro cosas que no debo. Tenemos que evitar improvisar, porque entonces la elección no será la más correcta, si no lo primero que vea en la despensa. Además, para colaborar con la situación, debemos minimizar las veces que vamos al supermercado, por lo que, si hemos programado previamente, no tendremos que volver al día siguiente. Elige alimentos duraderos como conservas, congelados…pero siempre imprescindible la fruta y la verdura.
  • Bebiendo mucha agua para mantenerte hidratado. Si te aburre el agua, puedes añadirle un chorrito de limón o naranja para hacerte una bebida saludable refrescante, también rodajas de pepino, hojas de menta o hierbabuena…También puedes tomar infusiones sin añadir azúcar. El café es saludable, pero, si eres de los que esta situación ha provocado que duermas peor o estés más inquieto, quizás no sea lo más oportuno.
  • Que no falten a diario frutas y verduras. Se pueden comprar frutas que aguanten más como las manzanas o las mandarinas y verduras congeladas (que conservan las mismas propiedades nutricionales que las frescas) para no tener que salir tantas veces al supermercado. Son alimentos saciantes, saludables, bajos en calorías, ricos en fibra y micronutrientes (vitaminas y minerales) que ahora mismo necesitamos. Si además comenzamos cada comida con un buen plato de vegetales (en forma de ensalada, puré de verduras, gazpacho…), estaremos dando tiempo a nuestro cerebro a recibir la señal de saciedad que necesitamos para no comer más de otras cosas que no nos convienen.
  • Incluir diariamente alimentos ricos en proteínas. No sólo tienen un poder más saciante que otros nutrientes, sino que además nos ayudarán a mantener la masa muscular que tanto peligra en estos días de sedentarismo. Huevos, carnes magras, pescados, lácteos, legumbres y derivados como por ejemplo el tofu.
  • Si hay que picotear, de forma saludable. En estos días es muy probable que confundamos el hambre físico con el emocional. Debemos hacer actividades que nos entretengan y distraigan de un consumo innecesario de alimentos, pero, en el caso de tener algún antojo, podríamos optar por: pepinillos, palitos de zanahoria, pepino, apio y calabacín con hummus de garbanzo o de remolacha, yogur con semillas, tosta integral con tomate y aguacate, tosta con atún y tomatitos cherry, olivada, boquerones en vinagre etc.
  • Recurre a la cocina de aprovechamiento. Puedes realizar nuevas combinaciones para evitar el despilfarro de alimentos y así aprovechar todos los ingredientes y alimentos de tu despensa o nevera. Si, por ejemplo, a mediodía te sobra una pechuga de pollo, por la noche puedes añadirla en trocitos a tu ensalada.
  • Aprende recetas para comer saludablemente. Ya no hay excusas de “no tengo tiempo”, por lo que podemos experimentar con recetas novedosas o incluso en vez de liarnos a hacer bizcochos, recurrir a la cocina de nuestras abuelas, sin prisas, platos saludables con ingredientes naturales llenos de nutrientes.
  • Establecer unos horarios fijos de comidas. La frecuencia de comidas dependerá de cada caso, y lo de las 5 comidas empieza a ser un mito. Sin embargo, lo que sí es importante, es que hagas las que hagas, lleves una rutina.

Una buena alimentación no nos exime de padecer la enfermedad, pero una mala alimentación sí que puede hacer probablemente que respondamos peor ante una infección por el tan nombrado COVID-19.

Por último. recordar que, además de una buena alimentación, no podemos olvidarnos de intentar mantener un descanso adecuado y practicar ejercicio físico dentro de nuestras posibilidades tanto físicas como de espacio.

Suerte y fuerza a todos, tranquilidad, y buenos alimentos.

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